Sierra nevada: La Alpujarra

Primera visita a la Alpujarra granadina para hacer dos actividades que vimos por casualidad en el libro de García Gallego "Excursiones por el sur de España". Se trata de la ascensión al Peñabón (2.530 m), que domina con su cara Este todo el valle de Trevélez, y el circuito de las "carrigüelas" medievales que unen los distintos pueblos de la Tahá de Pitres.

Vamos con la primera: La ascensión al Peñabón (2.530 m)

Tras montar el "campo base" en Trevélez, iniciamos la ascensión con las primeras luces del día. En la foto los 3 barrios de Trevélez sobre el barranco del rio Chico.

Rápidamente se coge altura siguiendo la traza de un cómodo sendero. Al fondo Trevélez con la loma del Mulhacén por encima.
Antes de llegar a la divisoria de la sierra se pasa por un lagunillo muy vistoso. En este punto el sendero se empina por encima de un bosquete de pinos de repoblación.
En cuanto se llega a la cuerda principar se ganan vistas hacia levante y el sur. La Contraviesa aparece al fondo, delante del mediterráneo.
Vista hacia la cubeta glacia de Sietelagunas, flanqueada por las lomas de la Alcazaba y el Mulhacén.
Detalle de Chorreras Negras, Raspa del Tanto, Puntal de la Cornisa, Peñón del Globo y cumbre de la Alcazaba.
La cumbre del Peñabón. A la derecha el Horcajo y Cerro de Trevélez. El dia radiante, con una temperatura muy alta .
Tras el almuerzo iniciamos descenso. La ruta será un descenso hacia el sur por la loma hasta encontrarnos con el Sendero Sulayr, que nos devolverá de nuevo a Trevélez.
De nuevo las vistas sobre la vertiente sur de Sierra Nevada, en un día espléndido para disfrutar de la montaña.
Ultimo vistazo a las Sietelagunas, lugar por el que tenemos una especial predilección.
El descenso por la loma es muy cómodo, con zonas de muy poca pendiente.
Antes de toparnos con el Sulayr, aparece de nuevo la vista sobre Trevélez. Sólo nos queda hacer un pequeño descenso hacia la izquierda y ya estamos de nuevo en el punto de partida.
 En la parte baja de la loma llama la atención la cantidad de pinos secos que hay.
Por último la imagen de una surgencia poco antes de llegar a Trevélez. Acabamos la excursión con las últimas luces del dia.
La segunda actividad que nos planteamos fue un recorrido circular usando las sendas medievales que unen los pueblos de la Tahá de Pitres, río abajo de Trevélez.

El inicio lo hicimos en Busquístar, donde se inicia la "escarihuela" de las minas del Conjuro. Los colores otoñales aún se mantienen.

Descenso por la escarihuela hacia el fondo del barranco de Trevélez. La vereda da multitud de revueltas para evitar la pendiente de la Sierra Mecina.
Molino nazarí al llegar al fondo del barranco. Se conservan aún las piedras de molino y el cao. En esta zona el rio viene muy encañonado.
Al remontar por la cara opuesta del valle podemos ver la entalladura que forma el río Trevélez.
Vistas hacia Busquistar, con el barranco de Trevélez enmedio. Se ve el trazado del tramo descendente de la escarihuela junto al risco de la derecha.
Tras pasar cerca de las minas del Conjuro iniciamos de nuevo un fuerte descenso esta vez por la escaruhuela de los Baños de Panjuilla.
El descenso da vistas hacia Ferreirola y Pitres. La vereda está tallada en la roca y mantiene un trazado muy aéreo.
Tras el vadeo del rio por un puente y la visita a otro molino árabe llegamos a la era de Ferreirola, con bonitas vistas del barranco.
Llama la atención el colorido de la arboleda, con tonos amarillos y rojos. Los castaños aún conservan las hojas.
Tramo interior de la vereda que atraviesa un bosquete de castaños. El colorido excepcional.
Otra imagen del aspecto de la vereda en las proximidades de Ferreirola.
Imagen típica de estos pueblos, la casa alpujarreña .
Otra imagen, esta en concreto de Fondales. Recuerda a las medinas de las ciudades arabes.
Desde Fondales se inicia un nuevo descenso hacia el rio, siguiendo la traza del camino hacia Orgiva. De nuevo los colores otoñales.
Tramo final del descenso hacia el río, donde se pasa por un puente romano.
Arroyo de aguas ferruginosas, tributario del rio Trevélez. Toda la zona tiene surgencias de aguas amarillentas. El nombre de Ferreirola viene precisamente de las antiguas minas de extracción de hierro.
De vuelta a Ferreirola iniciamos el último ascenso para cerrar el círculo. Imagen de los lavaderos y la fuente..
Pasaje previo a tomar la "senda medieval", bifurcación de la carrihuela que habíamos seguido a primera hora de la mañana.
Senda de vuelta hacia Busquístar. El camino remonta la loma del Mezquita, máxima altura de la zona de la Tahá. Al fondo el trazado de la escaruhuela de los Baños de Panjuilla .
Finalizamos el reportaje con los últimos metros de vereda antes de llegar a Busquístar. A la derecha el impresionante murallón de la Sierra Mecina y la garganta del río Trevélez..

La última jornada la dedicamos a pasear por el pueblo de Trevélez y aprovechar para comprar un jamoncito, salchichón, queso...No todo va a ser andar por el monte.

Hasta la próxima.

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